“El bosque es nuestro hogar”: Un área protegida conecta zonas de conservación sudamericanas
Ñembi Guasu, la primera región protegida por el gobierno indígena guaraní de Bolivia, es un tramo crucial del segundo bosque más grande de América.
El Gran Chaco, uno de los bosques secos más extensos del mundo y la segunda región forestal más grande de América después del Amazonas, cubría originalmente más de 106 millones de hectáreas, y alrededor de 36 millones de hectáreas permanecen intactas en la actualidad. La región ecológica del Gran Chaco, que se extiende por Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, alberga una gran diversidad de flora y fauna, así como a aproximadamente 9 millones de personas. Entre ellas se encuentra una significativa población indígena, conformada por los pueblos Guaraní, Ayoreo, Yshir, Weenhayek y Wichí.
El primer gobierno indígena de Bolivia, el Gobierno Autónomo Indígena Originario Campesino (GAIOC) de Charagua Iyambae, se creó en 2017 en territorio guaraní del sur de Bolivia, cerca de la frontera con Paraguay. El GAIOC, que opera según sus propias leyes y procedimientos, se ha comprometido a conservar sus tierras y recursos naturales mediante el establecimiento de varias áreas protegidas indígenas que encarnan la profunda conexión del pueblo guaraní con el medio ambiente: el área protegida Ñembi Guasu, el Área de Manejo del Agua Irenda, el Área de Manejo Integral y Conectividad del Río Parapetí y los Bañados del Isoso (Yande Yari) y el área de vida silvestre Guajukaka, el hábitat del emblemático guanaco, un animal similar a la llama. Estas zonas son cruciales para preservar el patrimonio natural de la región y para mantener la identidad cultural y los medios de subsistencia de las comunidades guaraníes.
Ñembi Guasu significa “gran refugio” en guaraní. Esta zona protegida conecta el Gran Chaco, el bosque Chiquitano y el Pantanal, el mayor humedal tropical del mundo. Esta conectividad es fundamental para especies que requieren grandes extensiones de hábitat, como el jaguar y el tapir. El GAIOC administra Ñembi Guasu con el apoyo técnico y financiero de la Fundación local Nativa y de The Pew Charitable Trusts. El área se gestiona localmente y tanto el director como gran parte del personal son de ascendencia guaraní.
Alejandro Arambiza Segundo, director del Área de Conservación e Importancia Ecológica Ñembi Guasu, es miembro de la comunidad indígena de Alto Isoso, que pertenece al territorio guaraní. Su experiencia comprende desde el liderazgo comunitario hasta el trabajo como parabiólogo, es decir, una persona sin formación científica que colabora con biólogos profesionales en investigaciones de campo y actividades de conservación. Además, ha participado como ponente en varios eventos internacionales. Allí, ha compartido su experiencia en el seguimiento de la fauna y ha trabajado como monitor comunitario de fauna en el Parque Nacional Kaa-Iya del Gran Chaco, la mayor área protegida de Bolivia y baluarte vital del bosque seco del Gran Chaco.
Esta entrevista se editó por cuestiones de longitud y claridad.
Pregunta: Cuéntanos un poco sobre tu trayectoria en el ámbito ambiental.
Respuesta: Llevo casi 30 años trabajando para la comunidad y nuestro territorio desde que empecé como técnico de vigilancia de la fauna local en la Wildlife Conservation Society, una organización no gubernamental mundial que formó a un grupo de nosotros como parabiólogos. Luego, supervisé a un equipo de parabiólogos que estudian la biología y ecología de las aves de la familia de los loros, incluidos los papagayos, los guacamayos, las cacatúas y los periquitos, y en la evaluación del estado de la vegetación en el Chaco boliviano y paraguayo. También trabajé en programas de reforestación, investigación y monitoreo de la caza de fauna en las comunidades Isoso del Chaco.
Pregunta: Y ahora eres el director del área protegida Ñembi Guasu, que abarca casi 1,2 millones de hectáreas.
Respuesta: Sí. Nuestro equipo está conformado por siete personas: cinco guardabosques, un oficial de conservación y protección, y yo, como director. Todo nuestro equipo tiene raíces locales, ya sean guaraníes o chiquitanas.
Pregunta: ¿Qué es lo que realmente protege esta zona protegida?
Respuesta: Ñembi Guasu alberga una rica biodiversidad que incluye numerosas especies de flora y fauna. Muchas de estas especies son endémicas de la región del Gran Chaco y se adaptan a sus condiciones. Y como la zona es un punto de conexión, tiene una gran variedad de ecosistemas, como bosques secos, sabanas, ríos y humedales estacionales.
Para nosotros, desde su creación, Ñembi Guasu tiene dos objetivos: una es preservar y conservar no solo los árboles y el agua, sino también los grandes mamíferos de la zona protegida, como el jaguar, el puma y el oso hormiguero. Otra es proteger a la comunidad indígena Ayoreo, que vive en aislamiento voluntario. Las personas de la comunidad Ayoreo se desplazan por varias zonas, aunque Ñembi Guasu es uno de los lugares donde han sido vistos con mayor regularidad.
Ñembi Guasu también se destaca y se diferencia de las otras zonas de la región por el bosque de Abayoy.
Pregunta: ¿Qué es el bosque de Abayoy?
Respuesta: Se trata de un bosque de poca altura, a menudo llamado “bosque bajo”, una variante tropical del bosque seco que lo rodea. Su estatura pequeña se debe a que crece en un suelo carente de nutrientes. El nombre “Abayoy” procede del idioma guaraní y significa “lugar sagrado” o “lugar de protección”. El bosque se caracteriza por su tamaño, forma y plantas, y se parece más a un matorral que a un bosque tradicional.
El Abayoy es endémico de Bolivia y la región de Ñembi Guasu funciona como su santuario. Sin embargo, Ñembi Guasu sufrió dos grandes incendios forestales, en 2019 y 2021, que provocaron daños significativos en las reservas de Abayoy y dejaron cicatrices duraderas en nuestra área protegida.
Pregunta: Retrocedamos un momento. ¿Cómo se creó el área protegida Ñembi Guasu?
Respuesta: El proceso comenzó hace medio siglo, cuando la comunidad vio que el territorio tenía importancia para nosotros y nuestro modo de vida. Antes de eso, la comunidad guaraní no permanecía en un solo lugar, sino que buscaba refugio en zonas con abundancia de recursos y bosques. Pero cuando se asentaron aquí, se dieron cuenta de que era necesario cuidar las zonas donde estaban los animales y el agua. Así que, con la creación de la región autónoma en 2017, el nuevo gobierno comprendió la importancia ecológica y cultural de la zona, y creó la primera y la mayor zona protegida de nuestra región.
Pregunta: ¿Cuál es la importancia de que sea una zona indígena protegida?
Respuesta: Desde mi perspectiva, hay dos aspectos clave: preservar el territorio de manera que nuestras prácticas culturales se mantengan visibles y proteger el bosque.
Ambos aspectos implican aplicar nuestros conocimientos ancestrales, tomar decisiones y definir los usos y las pautas de convivencia con el bosque. Para nosotros, el cuidado y la conservación del bosque deben llevarse a cabo mediante procesos claros, y no solo mediante palabras intangibles. Hay que saber utilizar la tierra, sí, pero en el momento oportuno. Por ejemplo, debemos aplicar nuestros conocimientos ancestrales sobre cuándo no se debe cazar (principalmente durante la época de cría en primavera), cómo evitar modificar el suelo del bosque y cómo proteger el agua, de manera que no se contamine ni se altere su curso. Queremos que esta zona protegida nos ayude a transmitir este conocimiento ancestral a las nuevas generaciones.
Pregunta: Pero su valor va más allá de lo estrictamente ecológico, ¿verdad?
Respuesta: Sí. Ñembi Guasu representa el patrimonio de la nación guaraní, un legado que hemos luchado por proteger como área de conservación designada. Su importancia radica en salvaguardar tanto la naturaleza como a las personas que coexisten con ella.
Para muchas personas, especialmente los extranjeros, puede resultar extraño concebir un área protegida como un lugar donde las comunidades viven y dependen de sus recursos. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, el bosque es nuestro hogar y hemos vivido en armonía con él durante generaciones. Nuestra presencia no perjudica al medio ambiente y no debe considerarse negativa. Garantizamos este equilibrio entre el bosque y las personas que lo habitan al declararlo zona protegida y establecer normas y regulaciones mediante nuestro autogobierno, en armonía con nuestra concepción de la custodia.
Ñembi Guasu representa también un vínculo crucial entre los países y ecosistemas. Conecta el Gran Chaco boliviano con Paraguay y Argentina por el sur, y con el Pantanal por el este. En las zonas aledañas, se encuentra el Parque Nacional Kaa-Iya del Gran Chaco, al oeste, y el Parque Nacional Otuquis, al este. Esto significa que Ñembi Guasu tiene el potencial de convertirse en un vínculo ecológico esencial para la región. Al conectar la Pampa, el bosque seco Chiquitano y el Pantanal, Ñembi Guasu actúa como refugio natural y favorece el desplazamiento de las especies y la dispersión de semillas.
Además, la extensión y la diversidad de los hábitats de Ñembi Guasu proporcionan un refugio amplio y seguro para la flora y la fauna durante las crisis medioambientales, al mismo tiempo que brindan protección a las comunidades ayoreas. Todo ello garantiza la continuidad de los procesos ecológicos y la resistencia de los ecosistemas en un paisaje que sufre cada vez más amenazas.
Pregunta: Hablas de que la zona sufre “cada vez más amenazas” y mencionas los incendios de 2019 y 2021. ¿Podrías darnos más detalles sobre la actual amenaza de incendios en la región?
Respuesta: Los incendios representan la principal amenaza para Ñembi Guasu. Pueden ser devastadores tanto en el momento en el que ocurren como después. Y pueden alterar todo lo que conocemos sobre esta región. El año pasado marcó un hito importante para nosotros como zona protegida, ya que fue la primera vez que logramos combatir el fuego antes de que cruzara nuestras fronteras.
De junio a octubre, nos enfocamos en proteger la zona de los incendios que nos rodeaban. Muchos de los incendios se iniciaron en la cordillera cercana. Como equipo, apoyamos a las zonas protegidas de otras comunidades y municipios en la gestión de sus emergencias, con el fin de impedir que el fuego alcanzara nuestra zona.
Pregunta: Es un gran logro, sobre todo porque Bolivia declaró la emergencia nacional como consecuencia de los incendios del año pasado. ¿Qué factores contribuyeron a evitar que el fuego penetrara en la zona protegida?
Respuesta: En 2024, ya contábamos con un sólido equipo con amplia capacitación, experiencia y conocimiento de la zona. Apoyamos a otras comunidades, especialmente del municipio vecino de Roboré, cercano al área protegida de Tucabaca.
Durante esta emergencia, los bomberos y los guardias comunitarios voluntarios respondieron, pero no podían brindar el mismo nivel de atención que nosotros, como guardaparques, éramos capaces de ofrecer. Podíamos estar de guardia 24 o 48 horas y eso era lo que se necesitaba. Nuestra misión era asegurarnos, en todo momento, de que el fuego no llegara a Ñembi Guasu. Instalamos cortafuegos, brindamos atención continua y combatimos el fuego durante la noche para evitar que se propagara. Como guardaparques, realizamos una evaluación sobre cómo enfrentar la situación, qué materiales utilizar, cuántas personas se necesitaban y qué herramientas eran necesarias para la extinción del fuego y su monitoreo.
Pregunta: Además de los incendios, ¿existen otras amenazas que afecten a Ñembi Guasu?
Respuesta: Existen otras amenazas, como los asentamientos ilegales en distintas zonas del territorio, la ausencia de límites claros con los municipios vecinos, la caza ilegal y el poco interés y escasa participación de muchos de propietarios privados de la zona en los esfuerzos de conservación. Otro factor que afecta la gestión del área protegida es la falta de recursos asignados por el gobierno. Somos un equipo pequeño que está a cargo de un territorio grande, con muchas acciones que ocurren al mismo tiempo.
En este momento, el GAIOC aborda estas cuestiones mediante leyes que asignan funciones y presupuestos. Sin embargo, siguen representando una amenaza.
Pregunta: Dices que tu equipo es responsable de “muchas acciones que ocurren al mismo tiempo”. ¿Podrías explicarnos a qué te refieres?
Respuesta: Como parte del equipo de gestión, tratamos de evitar cualquier uso indebido de la zona protegida mediante vigilancia y patrullajes activos. Nuestro equipo también lleva a cabo diversos proyectos. Entre ellos se incluyen censos de asentamientos humanos, estudios de poblaciones de aves y grandes mamíferos, e identificación de iniciativas para apoyar y generar nuevas oportunidades de microproyectos de desarrollo sostenible para las familias de la comunidad.
Además, cada año nos esforzamos para estar mejor preparados para la temporada de incendios, que cada vez es más grave. Dado el tamaño reducido de nuestro equipo, hemos buscado fortalecer nuestras capacidades y nos asociamos a organizaciones como Nativa para recibir capacitación en respuesta a los incendios y en monitoreo comunitario. También trabajamos para dar a conocer Ñembi Guasu, tanto a nivel regional como nacional. Así, cuando necesitemos apoyo, la población y las autoridades ya estarán familiarizadas con esta zona única de Charagua y comprenderán su importancia. Una mayor visibilidad nos permitirá dar una respuesta global, eficaz y oportuna a las amenazas a las que nos enfrentamos, que requieren esfuerzos de colaboración. Y una mayor visibilidad también nos permitirá avanzar en la investigación y la recopilación de datos.
Pregunta: Es mucho trabajo para siete personas.
Respuesta: Nuestro mayor desafío es garantizar la sostenibilidad del área protegida. Para ello contamos con el equipo y el personal adecuados, que cuenta con la capacitación para poder gestionar eficazmente el territorio. Como priorizamos el empleo de los miembros de la comunidad, resulta fundamental ofrecerles educación y capacitación adaptadas a nuestras necesidades específicas. Necesitamos un equipo cohesionado de personal de la comunidad que pueda vigilar el refugio y llevar a cabo las acciones de conservación.
Pregunta: ¿Cuáles son tus expectativas para el futuro del área protegida?
Respuesta: Estamos en buen camino hacia una coexistencia sostenible con la tierra. El conocimiento es clave; por ello, resulta fundamental recopilar información y entender tanto la zona como sus habitantes, preferiblemente bajo la dirección de nuestra propia gente.
Mi prioridad es proteger la zona. Es fundamental concienciar a la comunidad sobre los riesgos de incendios, especialmente durante la temporada seca, que va de mayo a octubre. El año pasado, ayudamos a controlar dos incendios durante esa temporada. Colaboramos con las comunidades cercanas y trabajamos para evitar otra tragedia como los incendios devastadores de 2019 y 2021. Espero que, con el tiempo, los incendios se controlen de manera más eficaz y que la comunidad adquiera una mayor conciencia sobre este problema.
Un futuro prometedor para Ñembi Guasu depende de que la gente reconozca la importancia de preservar el medio ambiente y se comprometa activamente con su cuidado. Esto requiere una coordinación permanente entre las ONG, los gobiernos y la comunidad.