Dos guardaparques buscan huemules en el Parque Nacional Cerro Castillo, Región de Aysén, Patagonia. El Parque ha sido recientemente incorporado en la Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por cumplir con altos estándares de manejo, uno de ellos el programa de monitoreo de fauna.
The Pew Charitable Trusts

Chile se encuentra en un punto de inflexión clave en la gestión de sus ecosistemas, ya que cuenta con una nueva agencia a cargo de las áreas protegidas del país y su parque nacional más antiguo está a punto de cumplir un siglo.

La creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) representa una oportunidad histórica para que el país construya un sistema de conservación moderno, eficiente y colaborativo, en el que el Estado, el sector privado y las comunidades se articulen en torno a un objetivo común.

Este avance significativo para la conservación en Chile coincide con un hito ambiental relevante. En 2026, el país celebrará el centenario de su parque nacional más antiguo —el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, en la Región de Los Lagos— creado mucho antes de la existencia de las actuales instituciones y organizaciones de conservación.

Con volcanes escarpados cubiertos de nieve, bosques templados lluviosos y aguas cristalinas de tonos azul verdoso, salpicadas de cascadas, termas y rápidos, el parque alberga fauna que va desde pumas y nutrias de río hasta carpinteros magallánicos y pequeños marsupiales como el monito del monte.

En octubre y noviembre, Chile celebró además otros dos hitos ambientales. En octubre, el Quinto Encuentro de Áreas Protegidas y Comunidades Portal reunió en Santiago a un número récord de participantes, con más de 3.000 personas de manera presencial y 21.500 conectadas en línea, aproximadamente el doble de la asistencia registrada el año anterior. Más recientemente, el segundo sábado de noviembre, el Día Nacional de las Áreas Protegidas destacó el rol esencial que estas áreas cumplen en la salud de los ecosistemas y el bienestar de las comunidades.

Las áreas protegidas impulsan beneficios económicos y sociales

Con 88 de los 110 tipos de ecosistemas del mundo, Chile ha creado una amplia red de 57 parques nacionales y 50 reservas nacionales, entre otras categorías, para proteger este valioso patrimonio natural. Lugares como el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y la Reserva Nacional Los Flamencos reciben miles de visitantes cada año, demostrando que las áreas protegidas bien gestionadas también son motores relevantes del ecoturismo y del crecimiento sostenible.

Según el Banco Mundial, el turismo representa actualmente el 3,3% del producto interno bruto de Chile, y la subsecretaria de Turismo, Verónica Pardo Lagos, proyecta que esta cifra podría alcanzar el 5% a fines de 2025. Por su parte, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo estima que el turismo representa cerca del 10% del PIB global, lo que evidencia un importante potencial de crecimiento adicional para este sector en Chile. En regiones como Magallanes, el turismo de naturaleza ya supera a varias industrias tradicionales, generando empleo, ingresos y dinamismo económico.

Las áreas protegidas también entregan beneficios menos visibles, pero igualmente relevantes: reducen los riesgos de desastres al preservar bosques y humedales, y contribuyen a sostener los medios de vida locales a través de la pesca artesanal y el turismo comunitario. En ese sentido, el Instituto Nacional de Estadísticas informó que el turismo representó el 7,4% del empleo nacional durante el primer trimestre de 2025.

La conservación está profundamente arraigada en la identidad y la estrategia futura de Chile

Desde 1926, presidentes chilenos de distintos sectores políticos han contribuido a la expansión del sistema nacional de áreas protegidas, lo que refleja que la conservación es parte integral del ADN de las políticas públicas del país y de su patrimonio compartido. Además, la ciudadanía siente un profundo orgullo por esta riqueza natural: en un estudio reciente, el 87% de los chilenos declaró sentirse orgulloso de la geografía única y la belleza natural de su país.

Hoy, Chile tiene tanto la oportunidad como la responsabilidad de transformar ese orgullo en una ventaja competitiva y en un legado duradero. Proteger las áreas naturales va más allá de la conservación: es una inversión estratégica en el desarrollo sostenible del país y en el bienestar de las futuras generaciones.

 

Francisco Solís Germani dirige el trabajo de The Pew Charitable Trusts en la Patagonia chilena.

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